jueves, 30 de agosto de 2018

La ovejita que vino a cenar


Hoy quiero hablaros de un cuento que estoy segura que es muy conocido por todos: “La ovejita que vino a cenar".

Autor: Steve Smallman
Ilustradora: Joelle Dreidemy
Editorial: Beascoa
Encuadernación: tapa dura
Páginas: 32
Edad: a partir de 3 años

Esta es la historia de un viejo lobo que está cansado de tomar sopa de verduras todos los días y que daría lo que fuera por tomarse un buen estofado que es su comida favorita. Nuestro amigo suspira y dice: “Ojalá tuviera una ovejita” y justo cuando dice estas palabras, suena la puerta y aparece una pequeña oveja heladita de frío.
El primer pensamiento del lobo es comérsela, claro, qué casualidad que justo apareciera cuando el deseaba comerse a una tierna ovejita. Pero para poder preparar un buen estofado de oveja, nuestro amigo tiene que asegurarse que la ovejita se siente bien, no sea que la pase algo y le siente mal a su estómago cuando se la coma. Así que el lobo, se preocupa de que su pequeña “amiga” no tenga hambre, frío, hipo o sueño.
El lobo va consolando a la ovejita para se  sienta bien y poco a poco va comprobando que siente cariño por su tierna amiga y se siente muy bien recibiendo amor, algo que ya no recordaba.
El viejo lobo se siente un poco confundido con sus sentimientos porque claro él es un lobo y por lo tanto come ovejitas y no las ama. Asustado por lo que siente, echa a la ovejita de su casa, pero no tarda en arrepentirse y sale en su búsqueda sintiéndose culpable por si la ocurre algo.
¿Al final aparecerá la ovejita? ¿Preparará un estofado con ella? Tendremos que leer el cuento para saber su desenlace.
 
 
Este cuento trasmite una gran cantidad de valores, uno de ellos es la empatía que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro sintiendo su estado, sentimientos y emociones. Pues bien,  a lo largo del cuento el lobo va empalizando con su tierna amiga razonando y dejando a un lado su carácter más instintivo e impulsivo.

Otro de los valores que podemos encontrar es aprender a compartir tal y como lo hacen los dos protagonistas de esta historia: disfrutando momentos juntos de comida y sentimientos.

Lo que más me gusta de este cuento es que el personaje esteriotipado que conocemos del lobo de los cuentos cambia totalmente en esta historia y nos encontramos un lobo bueno que necesita cariño y afecto como los demás.

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