martes, 6 de agosto de 2019

Fases de un proyecto


Como dijimos en un post anterior (clic aquí para leerlo), los proyectos siguen una serie de fases que ayudan a estructurar la labor, pero el proyecto al ir construyéndose entre todos puede ir cambiando y  tomando diversas direcciones en función de los grupos, de las aportaciones de los niños y las colaboraciones de las familias. Aún así, estas fases no son un esquema rígido a seguir de modo mecánico, no tienen por qué darse en ese orden e incluso, alguna fase podría no aparecer en algún caso. Porque dependiendo de cada proyecto, de sus características, las emociones que provoque, las acciones que conlleve y las preguntas que suscite, harán que se dedique más a una fase o a otra. Estas fases son las siguientes:

1/ Elección del tema de estudio: el tema es elegido por los niños, bien de un modo explícito, a través de una propuesta verbal, o implícitamente, a partir de la observación y de la constatación de un tema de su interés. Lo importante es estar abiertos, alerta, "a la escucha", sacando partido de los "momentos aprovechables" que se dan, como son el juego simbólico, las salidas o los suceso causales. A partir de aquí, cuando los niños se dan cuenta de que sus propuestas son escuchadas, que pueden actuar sobre los objetos y transformarlos, que pueden aprender con mayúsculas, las propuestas, literalmente se derraman.

2/ ¿Qué sabemos y qué queréis saber?: en este momento, se investigarán las ideas previas de los alumnos respecto al proyecto elegido. A veces estas ideas previas son eso mismo "ideas" plasmadas verbalmente en la asamblea, pero otras veces son acciones expresadas por el gesto, que nos da también pistas sobre su pensamiento. Esta es la fase en la que también se recogen sus preguntas sobre aquello que quieran saber y además el momento de donde se recogen propuestas de todo tipo: proyectos dentro de un proyecto que permitirán organizar las actividades en pequeños grupos, para que puedan elegir sus preferencias y no necesariamente hacer todos lo mismo a la misma vez.

Todas las ideas que han aportado los alumnos las escribiremos y las dejaremos expuestas en alguna pared del aula.

Además, a estas dos preguntas podremos añadirle una tercera: ¿qué queréis hacer? en la que realizaremos actividades plásticas relacionadas con el tema del proyecto.


3/ Comunicación de ideas previas y contraste entre las mismas: en el momento de la asamblea cuando todo el mundo habla de lo que sabe y de lo que quiere aprender, es cuando surgen las propuestas y las ideas. Es habitual y natural que no todos los niños tengan conocimientos similares sobre las cosas sino diferentes y variados. así, cuando se produce esta riqueza de interacciones entre iguales, el lenguaje adquiere su auténtico valor como mediador para la comunicación y el desarrollo. En este intercambio fecundo, al facilitar el contraste de ideas, se aprenden cosas nuevas, se regula el propio pensamiento, se cae en la cuenta de las contradicciones y se dan saltos en la apasionante tarea de aprender. Se restaura así la verdadera función del lenguaje vivo y rico, pues no podemos olvidar que, a veces el lenguaje puede ser un serio obstáculo para el aprendizaje.

4/ Búsqueda de fuentes de documentación: el siguiente paso consiste en buscar, entre todos, las fuentes y recursos donde se hallen las respuestas a nuestras preguntas. Y aquellas, cuanto más divertidas y variadas, mejor.


5/ Organización del trabajo: es en esta fase cuando el maestro organiza, diseña y programa las tareas propiamente dichas de la siguiente manera:

  - Fijando objetivos
  - Realizando una primera distribución del tiempo
  - Organizando el espacio y los recursos del modo más adecuados, ofreciendo para ello ambientes diversos.
  - Organizando también actividades de un modo secuenciado y garantizando que los procedimientos de aproximación al conocimiento sean variados, apropiados y no presenten riesgos.
  - Definiendo pautas de observación, mediante guías que permitan ajustes periódicos.
  - Estableciendo pautas de colaboración con las familias y con el entorno.

Esta primera programación siempre gozará del beneficio de la flexibilidad y que, al depender del grado de aceptación por parte de los niños de las actividades, de su desarrollo y de sus nuevas propuestas, estará sujeta a cambios y variaciones, sin que ello suponga un problema, sino un beneficio, porque siempre tendrá prioridad lo que ocurre en la vida cotidiana que, de forma ordinaria, de un modo fuerte, apasionado e interesante, nos arrastra a veces por caminos insospechados, pero que nunca nos defraudan.

6/ Realización de actividades: es la fase en la que se realiza todo aquello que se ha propuesto. Hay que cuidar especialmente que las oportunidades sean diversas para todos y que todos puedan participar activamente, ya sea en gran grupo, en pequeños grupos o individualmente.

7/ Elaboración de un dossier: se trata de recoger la síntesis del trabajo realizado, tanto para que quede en el aula y nos sirva de memoria o recuerdo con el que poder recrearnos en más ocasiones, como también para que el maestro recoja observaciones individuales y los diversos aspectos que sirven para evaluar su propia actividad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario